Día dos en Punta Arenas y la nieve de la tarde del lunes se cambia por un temporal de lluvia y viento. "Aquí hay que acostumbrase a trabajar en estas condiciones, porque el clima se mantiene así durante gran parte del año", es lo primero que dice al recibirnos el investigador Pablo Gallardo, y quien está a cargo del hatchery experimental de la Universidad de Magallanes (UMAG). "Esto se llama hacer acuicultura al fin del mundo", añade, mientras mira por la ventana de su oficina que se ubica en la playa misma del helado y arrachado Estrecho de Magallanes.
Las palabras de Gallardo se suman a las del director regional de la Subsecretaría de Pesca (Subpesca), Ricardo Radebach, quien el lunes en entrevista con los enviados especiales de AQUA, valoraba el trabajo de aquellos que hacen patria en los centros de cultivo salmonicultores que se encuentran en las recónditas aguas de la región.
En estas hostiles condiciones climáticas, los acuicultores han sabido dar mano a su ingenio y han comenzado a diversificar su producción más allá de los salmónidos. Es así que el hatchery experimental de la UMAG ya vendió una partida de 10 mil juveniles (alevines) de halibut del Atlántico a Skysal, empresa que en noviembre iniciará las primeras pruebas para llevar a este pez plano a un escalamiento comercial.
"Hace catorce años que venimos trabajando con el cultivo de especies hidrobiológicas y el halibut ha demostrado ser uno de los más rentables", precisa Gallardo.
A diferencia del salmón, que en el caso del Atlántico -salmónido de mayor valor agregado- tiene un ciclo productivo en mar de aproximadamente 18 meses, el halibut lo efectúa en 36 meses. "Esto ha hecho que muchas empresas desistan de cultivarlo. Sin embargo, con Skysal estamos trabajando para descender el proceso a 24 meses, esto, fundamentalmente, a través del manejo de la temperatura del agua", argumenta el investigador de la UMAG.
De igual manera, en la noche de ayer martes 7 de junio zarpaba un buque desde Punta Arenas para pescar reproductores de bacalao de profundidad con el fin de iniciar su proceso de cultivo. "A través de un proyecto FIP estudiaremos la viabilidad comercial de producir esta especie", puntualiza Gallardo.
Fomento estatal
Este trabajo de diversificación acuícola es apoyado por el Estado. "Dentro del Plan Magallanes, la acuicultura se sitúa dentro de las ocho actividades económicas que el Gobierno está impulsando. En este sentido, estamos fomentando la mitilicultura y la pectinilicultura para que no todo gire en torno al salmón", manifiesta el director regional del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), Patricio Díaz.
Durante el 2010, el sector pesca de la Región de Magallanes produjo un total de 40 mil toneladas, de estas 28 mil toneladas corresponden a la pesca extractiva y 12 mil toneladas a la acuicultura. "En este último caso, la salmonicultura se lleva casi el 100% de las cosechas con 9 mil toneladas de salmón Atlántico y 3 mil toneladas de trucha -la cosecha de choritos (Mytilus chilensis) es marginal para ser considerada-. Por esto mismo, es necesaria la investigación para cultivar otras especies", asevera la autoridad.
No obstante, Gallardo y Díaz concuerdan que la falta de investigación es determinante para el mayor desarrollo de la acuicultura magallánica. "Uno de los mayores desafíos es demostrar que esta zona tiene un amplio potencial para el cultivo de especies hidrobiológicas y, en ese sentido, hacer que laboratorios, centros de estudios, empresas de servicios, entre otros, decidan venir hasta acá e invertir", dice el representante del Sernapesca.