miércoles, 2 de marzo de 2011

Natalino sobreviviente del naufragio “Nadie dio una alerta oficial de la situación de emergencia”



Alfredo Fernández,
corresponsal
- Iván Alvarez Aguilar, 35 años, relató cómo ellos mismos pidieron a sus compañeros que abandonaran el barco Faro de Hércules, al ver que éste estaba escorado.
“Fue una experiencia muy dura, y nosotros dimos el alerta e insistimos a nuestros compañeros que había que abandonar el barco porque se hundía. Nadie dio una alerta oficial de la situación de emergencia, pero nosotros entendimos que había que abandonar el pesquero que hacía rato navegaba escorado”.
Así lo recuerda hoy el único tripulante natalino, Iván Alejandro Alvarez Aguilar, sobreviviente del naufragio del pesquero de alta mar Faro de Hércules de Pesca Chile, tras su traumática experiencia que, sin duda, dejará una marca imborrable en la memoria de su vida.
Este joven de 35 años, soltero y que comenzó a navegar hace diez años, es el único tripulante natalino de la siniestrada nave que se perdió bajo las aguas cerca del canal Trinidad.
“Empecé a navegar el 2011 en el Isla Camila, después trabajé con Suribérica, que al tiempo quebró, seguí en el Globals y finalmente logré entrar a Pesca Chile. En El Faro de Hércules estaba desde junio del años pasado”.

- ¿Cuál era su labor en el buque?
- “Yo era marino de factoría, todo lo que es faena de pescado, en realidad. Primero trabajaba en cubierta, pero después me enviaron a hacer faena. No me afectó el cambio porque me gusta lo que hago, pero no me siento feliz y nada de contento por esto que nos tocó vivir. Pero desgraciadamente nos tocó esta parte, vivir una experiencia muy dura, bastante dura, no tengo palabras para definirlo. ¡Gracias a Dios, que es tan poderoso, estamos vivos los 38 tripulantes! Debemos agradecer y estar contentos, no porque hayamos perdido a cuatro compañeros, sino contentos porque estamos con vida que ha sido como nacer de nuevo”.

- ¿Afectado todavía?
- “Si, dan ganas de llorar de repente, no duermo bien o me despierto a media madrugada, siento tristeza por mis amigos, siento pena por los familiares también y más que nada, repito, Diosito es parte de que nos salváramos”.

- ¿En qué momento se dan cuenta de la situación?
- “Nosotros estábamos en la bodega, haciendo nuestras tareas cuando ya el barco estaba escorado. Hubo una discusión entre marinos. Le dijimos al contramaestre: “El tiempo está malo, esperemos”, contestó; pero insistimos y, cuando fuimos a cubierta para poner carnada, nos damos cuenta que el agua estaba tocando a ras de techo, de manera que le dijimos a los compañeros que había que abandonar. El barco navegó harto rato escorado y paró máquina y todo, dándose vuelta por la banda de estribor, se volcó. Ahí comenzamos a evacuar. Nosotros cruzamos la voz a los compañeros, no hubo alerta ni aviso oficial de abandono: “¡El barco se va a pique y hay que abandonarlo!”, le dijimos a los compañeros”.

- ¿Cómo se involucra en esta actividad?
- “Yo estudié para esto. Comencé a estudiar el 2000 para obtener la licencia de tripulante y reprobé. Luego estudié siete meses y en Porvenir logré aprobar y sacar mis documentos y desde entonces estoy en esto”.

- Después que pase esto, ¿va a seguir en lo mismo?
- “De verdad, uno no puede decir: “¡Nunca!”. Si la pega se pone mal en tierra, quizás pueda volver a trabajar en el mar si no encontrara otro trabajo, sino me quedo en tierra. Si fuera mal pagado, buscaría por el mar”.
Iván Alejandro tiene un hermano que trabaja en la pesca, pero por cuenta propia y ahora, con el beneficio de una licencia médica, está reponiéndose de esta traumática experiencia con sus tíos y primos, tanto de acá como de Punta Arenas.
Está triste y solo en su casa de calle San Martín, en el barrio de Chile Nuevo de Puerto Natales; sus padres murieron, su hermano anda en la pesca y los demás familiares cada uno en lo suyo. Está, sin embargo, agradecido de Dios y dice que hay que afrontar la vida como viene. Su pariente Juan González, al terminar el día del trabajo de colectivo, estará con él para acompañarlo en esta convalecencia debido a un esguince que sufrió al saltar del barco pesquero Faro de Hércules el día del naufragio, la semana pasada.
Fuente: www.laprensaaustral.cl