domingo, 4 de septiembre de 2011

Tragedia nacional: El ejemplo de los 21 y la solidaridad activa.

Por Alfredo Peña R. Periodista

Las 21 personas que iban en ese avión son un testimonio vivo de la solidaridad activa, de ayudar a los más necesitados y de que es posible un país mejor. Su testimonio debiera fortalecer esa enorme corriente ciudadana que quiere un país más solidario y menos egoísta.


Todo el país está conmovido por la tragedia de Juan Fernández donde diversas personas -rostros televisivos, empresarios, periodistas, voluntarios- continuaban su labor solidaria de ayudar a levantar la isla devastada por el tsunami del 27 Febrero del 2010. Es conmovedor conocer que estos 21 chilenos hayan seguido cooperando con esos miles de chilenos que hace 18 meses vieron como sus vidas cambiaban con el terremoto/tsunami.

Son chilenos y chilenas que se sentían bien ayudando a los desvalidos, cooperando para que los niños/as vulnerables tuvieran un nuevo colegios y dando sana alegría a quienes sueñan con un mejor futuro. Cuando muchos construyen sus vidas de modo individual y buscando su propio lucro, aquí había un grupo plural de ciudadanos generosos que sentían que es un deber social ayudar a los más necesitados.

Es el Chile solidario, el Chile que se encuentra con sus tradiciones sociales de fraternidad y que asume como tarea comunitaria el levantarse como país y como personas en búsqueda de un destino común. Hay muchas organizaciones sociales sin fines de lucro y cuya misión misión es ayudar, es vivir la solidaridad activa construyendo un país con menos desigualdades y con oportunidades de progreso distribuidas equitativamente.

Son grupos que van los fines de semana a ayudar a jóvenes vulnerables o que trabajan combatiendo la drogadicción, o formando a jóvenes estudiantes en la solidaridad y el compromisos social u organizando a los más pobres para que accedan a una vivienda digna o encuentran en el servicio a los demás una motivación existencial mayor que incrementar sus ganancias individuales o que colocan "su famosillo rostro" al servicio de nobles causas como es recolectar recursos para el Hogar de Cristo.



De algún modo la tristeza que recorre el país es porque este trágico accidente afecta a estos inmensos voluntarios de la solidaridad. Tal vez es para remecernos como sociedad y que nos volvamos a re-encontrar con la solidaridad y el apoyo a los más necesitados como un valor esencial de nuestra cultura. Es un llamado para que dejemos la comodidad individual y nos volquemos a tareas de servicio a los demás; es además, un reconocimiento a personas jugadas por tener un Chile mejor, que valoraron la política y expresaron sus opiniones y preferencias sobre como soñaban el Chile del futuro.

Las 21 personas que iban en ese avión son un testimonio vivo de la solidaridad activa, de ayudar a los más necesitados y que es posible un país mejor. Su testimonio debiera fortalecer esa enorme corriente ciudadana que quiere un país más solidario y menos egoísta.

Fuente: cambio21